
Mis mensajes y mis mails son como botellas arrojadas en el mar.
En las noches o días tormentosos las palabras navegan en sus pequeños barcos de vidrio opaca dos por el viento y la sal.
Los tapones de corcho ya no existen y cubro sus pequeñas bocas con viejos recuerdos como trapos atados con hilos de hermosas conversaciones .Muchas de ellas tal vez no ocurrieron nunca.
Cuando las respuestas no acuden y esto sucede siempre, me consuelo pensando nuevos mensajes con palabras cada vez cada vez mas breves y menos intensas.Temerosa de que la gravedad de las frases hunda las botellas definitivamente.
En los instantes de disociación en que agotada apenas puedo separar realidad de realidades intento asirme a la ultima botella preparada para arrojar a las aguas donde nadan y flotan personas que conozco ,y otras que no ,entregadas cada cual, a su goce personal .
Presiono enviar...y una mágica esperanza virtual me tranquiliza.
Es en esos momentos cuando la locura deja de buscarnos .
Recobro el control de mi misma, para poder cuidarte mejor.Los suspiros alivian la presión en mi cuerpo .
Ya en mi misma, y sin soltarte la mano te cuido desde lejos.Desde mi salud.