viernes, 20 de junio de 2008

Shavasana y los espacios interiores


Me tiendo en la colchoneta.Siento que a mi cuerpo le cuesta ceder, soltarse entregarse.
Los brazos flojos, apenas separados de la cadera, las palmas hacia arriba.
Me miro respirar, imagino que al inspirar el aire ocupa todo mi cuerpo desde la cabeza hasta los pies,
y al exhalar se relaja mas y mas.
Interrogo a mi cuerpo y trato de sentirlo vivo y palpitante, ondulando suavemente al ritmo de la respiración.
Me imagino, como jugando....que se abren espacios interiores en mi cabeza, en mi pecho y en mi vientre.Que antiguas emociones y deseos inutiles me abandonan y dejan espacios para nuevas experiencias.
Me dejo estar, en una especie de duermevela, casi sin pensamientos.
Trato de evocar felices sensaciones y recuerdos que me ayudarán, haciendo las veces de seguros anclajes, sencillas ternuras de la vida cotidiana a cuyo recuerdo puedo apelar siempre que lo necesite o que mis fuerzas flaqueen..
Es mi preferido un abrazo de hace varios años a una de mis nietas menores, senti su fragilidad entre mis brazos cariñosos y su hermosa cara pegada a mi mejilla. Esta maravillosa experiencia ha sido mi sosten en momentos dificiles , al sentirme dasosegada o entristecida por los avatres .
Permanezco descansando el tiempo que mi mente y mi cuerpo necesitan. no hay apuros ni obligaciones, solo la permanencia en mi misma, en lo mejor de mi misma.
Luego de algunos momentos, aparece la necesidad de regresar, liberada y tranquila a mi cotidianidad.
Lentamente me estiro, me desperezo, bostezo, suspiro.
Movilizo con suavidad todo el cuerpo.
Me siento con las piernas cruzadas, la espalda derecha y las manos en oración a la altura del pecho.
Desde la paz de mi espiritu agradezco a la vida todo lo que me da.

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